martes, 1 de abril de 2008

"Una condena a muerte"

publicado en la diaria, 1º de abril, 2008
Con Luis Cherro, cabecilla de Gordos Organizados.
El 15 de mayo del 2007 un pequeño grupo de obesos decidió empezar a reunirse para dar batalla a la enfermedad y la discriminación social que padecen. Así nació Gordos Organizados (GO), a impulsos de Luis Cherro. La única exigencia para formar parte del colectivo es presentar datos médicos que confirmen que la persona es obesa, es decir que haya sobrepasado por más de 20 kilos su peso ideal. Los GO se reúnen cada dos sábados en la Asociación de Porteros del Uruguay, en donde se entrevistan con especialistas de distintas áreas de la salud. Entre sus propuestas figura declarar el 11 de mayo como el Día Internacional de la Lucha contra la Obesidad.

-¿A qué se dedica usted?
-Hace cuatro años que me generé un negocio de distribución en la zona donde vivo (Costa de Oro). Antes trabajaba en la moda, pero perdí mi empleo cuando engordé. Es un poroto más que se suma a la discriminación que vivimos. Llegué a pesar 160 kilos, ahora estoy en 130. Me cuido como puedo, pero sin tratamiento médico porque no tengo sociedad, prefiero pagársela a mis hijos.

-¿En qué aspectos se ven limitados los obesos?
-No hay tomógrafos computados para gordos, no hay sillas de ruedas adecuadas. Si viajamos en avión tenemos que pagar doble pasaje. Nos gustaría ir al cine, al teatro. Fijate que en el teatro Solís sólo están los palcos.

-¿Qué les preocupa a GO?
-Nosotros queremos tomar la globalidad del asunto: defender a los gordos discriminados, educar a los niños, pero también queremos curarnos y tener mejor calidad de vida. Nos preocupa que haya 8.000 obesos mórbidos en Uruguay [obesos con más de 45 kilos por encima de su peso ideal] y que cada día la sociedad los deje por fuera. El gordo no es negocio para una mutualista, por ejemplo, porque la obesidad trae también hipertensión, diabetes, problemas de huesos, infartos, cáncer. Consideramos que deben ser parte de la inclusión de la que tanto habló este gobierno.

-¿Qué planteos van a elevar a las autoridades?
-Que nos ayuden a capacitarnos conseguir un crédito para obtener computadoras para acceder al teletrabajo. Que podamos ingresar a puestos de gobierno, a entes públicos, a las multinacionales. Podría haber un porcentaje fijo para que ocupen obesos. Hay obesos que la pasan muy mal, apenas caminan, no pueden ir solos al baño; una señora decía que dependía del esposo para ponerse los zapatos.

-¿Cómo se financian?
-Se nos ocurrió tener un bono colaboración de 10, 20 o 50 pesos, para los que quieran aportar económicamente. Conseguimos el local para las reuniones lo conseguimos porque uno de los integrantes es portero. Hay profesionales que nos están dando una mano: psiquiatras, endocrinólogos, dietistas, incluso una psicóloga que es ciega que se ofreció a ayudarnos, porque la gente viene con una carga emotiva muy grande.

-¿Qué tan positivas son las reuniones son positivas?
-No lo sé. Nosotros tampoco somos gobierno y no tenemos plata para pagarle un bypass gástrico a Javier que pesa 200 kilos. Hay 8.000 mórbidos en Uruguay, que ya pasaron por el dietista, el cardiólogo, por todo lo que es la medicina profesional y llegaron a la misma respuesta: “lo que precisás es un bypass gástrico”. Pero vale U$S 10.000.

-¿Esa es la mejor solución para los obesos mórbidos?
-Por lo que tengo entendido, sí. Pero ese hombre llega sin los U$S 10.000 y sin un Estado que lo apoye. No se siente reflejado en esta sociedad porque no encuentra soluciones, al contrario, se le cierran puertas. Entra en estado depresivo, se divorcia, le cortan la luz, cada día se va encerrando más y termina en la casa comiendo cuatro flautas de pan por $14. Esa es la realidad de ese gordo mórbido. Y se muere, sin llegar a ser abuelo. Ese hombre, con 40 o 50 años, no tiene expectativa de vida.
Es difícil cuando te levantás, tenés que comprarte un colchón cada dos meses porque lo destrozás, la comida te sale más cara, con los zapatos te vacunan porque te dicen que es una marca, pero es fabricado en China. Los probadores de ropa son de dos por dos, entonces los gordos optan por no probarse lo que compran.

-¿Cuál fue el caso más fuerte que vio?
-Hay una persona de 300 kilos que tuvieron que sacar los bomberos por la ventana. A mí me ha tocado ver de todo. Es una condena a muerte. Que el Estado jubile a una persona de 40 años, que ganaba $10.000, que cobre $3.500 de jubilación, es condenarla a muerte. ¿Esa es la sociedad de la inclusión, esa es la sociedad justa que queremos?

-¿Cómo se revierte esa situación?
-Dando el ejemplo. Ahora estamos organizando grupos para salir a caminar y demostrarles a otros que es posible. Nuestro lema es “Sí se puede”, en nuestras reuniones cuando alguien dice “no, pero…”, paramos, aplaudimos y decimos “Sí se puede”. ¿Por qué no podés dejar de comer tal cosa? ¿O por qué tenés que comer cuatro platos?

-¿Y qué pasos están dando?
-Le propusimos al mundo, audazmente, tener un Día Internacional de la Lucha contra la Obesidad. Queremos que sea el 11 de mayo porque el año pasado falleció un obeso mórbido y fue un caso emblemático, abandonado por la sociedad, hasta por la familia. Capaz que cae el Día de la Madre, pero no nos importa. Vamos a hacer una caminata en los 19 departamento, a leer un a proclama donde reclamaremos nuestros derechos y repudiaremos la discriminación. Este país está hecho para gente perfecta, aunque más del 50% de los uruguayos no son delgados.
Nosotros nos encontramos con una realidad que somos gente mórbida, pero no es que los gordos quieran trabajar seis horas; que quede claro, los gordos quieren trabajar, correr, saltar, jugar al fútbol, ir al cine y al teatro, viajar cómodos en un ómnibus. Los gordos no quieren que les regalen nada. Pero quieren que les den la oportunidad de tener mejor calidad de vida, de curarse, de estar a la par de cualquiera de los otros.

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