jueves, 11 de diciembre de 2008

A trote suave

Políticas que promueven, leyes que obligan:
educación física en las escuelas

Publicado en la diaria, 9 de diciembre, 2008.


Mientras 29% de las escuelas urbanas no tienen clases de educación física y esperan al 2009 para que se conviertan en obligatorias, desde la Dirección Nacional del Deporte (Dinade) se incentiva la práctica de la actividad física, pero con evidentes carencias de recursos. Hace algunas semanas fue presentado el programa Escuela en Movimiento, que convertirá las clases de educación física en obligatorias a partir de 2009. Más allá de la anécdota ya escuchada (o leída) sobre Tabaré Vázquez cabeceando una pelota de trapo con un niño, hay un proyecto de ley que cambiará la rutina de todos los escolares uruguayos.

Haciendo un poco de historia, fue en 1905 cuando comenzaron a dictarse clases de gimnasia y juegos en las escuelas uruguayas, a cargo de un dentista al que bautizaron "profesor de gimnástica". El gran impulsor de esta actividad fue nada menos que José Pedro Varela, según cuenta el profesor Arnaldo Gomensoro en su artículo "La educación física para todos los niños", publicado en la revista Nexo Sport.
A mediados de los años veinte, poco antes de que los uruguayos se destacaran en el deporte a nivel mundial, sólo tenían clases de educación física un 20% de los niños uruguayos, que asistían a escuelas urbanas públicas. Ese porcentaje se mantuvo hasta el año 2000, según el artículo de Gomensoro, "cuando el programa Infamilia -con fondos de préstamos externos otorgados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)- resolvió incluir entre sus proyectos uno que se ocupara del deporte y la recreación en las 200 escuelas llamadas de contexto crítico".
Este año, la matrícula total de Primaria es de 348.040 niños; hay 1.000 escuelas urbanas, con 332.214 alumnos. En las escuelas rurales figuran 15.826 niños inscriptos; allí se desarrolla desde 2007 el Programa de Capacitación en Educación Física a Maestros Rurales, para que sean ellos mismos quienes impartan estas clases.
Hoy en día, 236.197 niños uruguayos reciben clases de educación física. Representan al 71% de la enseñanza primaria a nivel urbano: es decir, 679 institutos que incluyen escuelas comunes, de tiempo completo, de contexto social cultural crítico y especiales. Pero aún hay un 29% de los escolares que no cuentan con esta asignatura. ¿Es por falta de docentes? "Nosotros no nos atrevemos a hacer esa afirmación. Lo que decimos es que, evidentemente, hay muchas opciones en el mercado, y vamos dando pasos para conquistar a los profesores: que trabajar en la escuela sea una opción", indicó desde Infamilia la inspectora Graciela Almirón.

Corriendo a la legalidad
Cuando los docentes egresan del Instituto Superior de Educación Física, deben elegir entre trabajar en lo educativo, en lo comunitario o en el alto rendimiento. La ley 18.213, de diciembre del 2005, en su único artículo declara "obligatoria la enseñanza de la educación física en las escuelas primarias de todo el país". Esa cláusula deberá regir a partir del 2009 para todos los niños de escuelas urbanas y rurales del país. La actual falta de profesores no será un problema en marzo del año que viene, pero el desafío no es menor. El profesor de educación física del programa Infamilia, Marcos Etcheverría, consideró que se trata de un proceso: "Cambiar una orientación de 60 años en cuatro".
Desde la tribuna de enfrente, Gomensoro señaló como una debilidad del programa la carencia de docentes, además de la falta de infraestructura y la baja provisión de material didáctico. El profesor aclaró que están superando algunos puntos flacos y recordó que el programa Escuela en Movimiento proveerá de equipamiento y capacitación a todos los institutos de educación primaria del país.
Hay que tener en cuenta que el deporte es uno de los seis bloques de contenido en la educación física escolar. Según la edad de los alumnos, los profesores se valen de distintos elementos en clase: familias de movimientos, juegos, juegos deportivos, capacidades condicionales, actividades en la naturaleza, y expresión por el ritmo y la danza. "Educación física y deporte no se pueden utilizar como sinónimos", dijo Etcheverría, que ejemplificó: "En primero, segundo y tercer año, los chiquilines no tienen desarrollados conceptos abstractos como para practicar juegos deportivos. Se hacen familias de movimientos, por ejemplo, para jugar al handball; las reglas y el juego en sí se enseñan en cuarto, quinto y sexto. Antes, se enseña a lanzar y recibir, que es una familia de movimiento".

Tapando agujeros
La actividad física no sólo es importante en la infancia; de hecho, Ernesto Irurueta, director de promoción deportiva y coordinación institucional de Dinade, afirmó que "no hay una etapa más importante que otra, aunque sin duda el desarrollo psicomotor de la persona se da en los primeros años de vida". Destacó, por ejemplo, el seguimiento de los adultos mayores a las actividades deportivas: "Hace varios años se desarrolla una actividad muy fuerte en su atención, es una edad que fue muy descuidada, tal vez por una creencia de que no necesitaba hacer actividad o por tener dificultades para desarrollarla".
Claro que hay políticas que promueven la actividad deportiva, aunque quizá no tantas como Irurueta quisiera: “No hemos podido hacer una campaña de carácter nacional que tenga la llegada a la población (...) Pensamos que tiene que haber una injerencia mucho mayor en cuanto a la organización de programas y actividades”, agregó.
Esas políticas abarcan a los 55.000 niños (y niñas) inscriptos en la Organización Nacional de Fútbol Infantil, a los 100.000 practicantes del mismo deporte en la Organización del Fútbol del Interior y a unos 3.000 de Montevideo (nucleados en la AUF). Esto sumado a otros 50.000 deportistas de diversas disciplinas da un total que supera los 200.000 deportistas uruguayos federados. Sin embargo, no existe en el país un sistema por el cual los niños o jóvenes deportistas que se destaquen en los distintos centros de enseñanza se contacten tempranamente con la federación o sean respaldados por algún tipo de organismo que estimule su desarrollo deportivo.
La Comisión Nacional de Educación Física se creó en 1911 y fue responsable de las políticas deportivas "con una mentalidad y una concepción más global que la que tenemos hoy", contó Irurueta, "por la numerosa cantidad de instituciones estatales que se vinculaban al deporte, como la Iglesia, las Fuerzas Armadas, la Universidad". En el gobierno pasado, esa Comisión se convirtió en el Ministerio de Deporte y Juventud, que ahora conocemos como Ministerio de Turismo y Deporte.
Irurueta destacó que los gobiernos locales han demostrado un mayor interés en el tema: ésta es la primera vez que las 19 intendencias tienen Secretaría de Deporte. En Salto se daba atención casi únicamente en la plaza de deportes, pero ahora hay 18 centros más en el departamento, donde se puede desarrollar actividad física gratuita.
Entre otras cosas, el ministerio se ocupa de expedir una .cha médica y de realizar los controles anti doping. "Los últimos se hacen de oficio y tienen un costo muy alto", indicó Irurueta. También se encargan de controlar a los deportistas que representarán a Uruguay a nivel internacional. En ese sentido, está proyectada la construcción de un Centro de Alto Rendimiento Deportivo: "Es ineludible. Todos los deportes necesitan capacidad para su práctica y su entrenamiento, pero en la mayoría de los casos no se posee. Este año se comenzó a trabajar en la atención de los deportistas que clasificaron para Beijing, o aquellos que tenían chance", dijo Irurueta. En la Dinade no se manejan fechas ni lugares para el futuro Centro de Alto Rendimiento (anunciado por el ministro Héctor Lescano en el mes de julio) pero "esperan noticias" para antes de fin de año.
Mientras tanto, hay que conformarse con opciones más básicas para la práctica deportiva. Hay 120 espacios públicos en todo el país, como las plazas de deportes, que son bien aprovechadas por la comunidad, más que nada, en verano. Tanto en piscinas como en espejos de agua (lagunas, ríos o arroyos), hay 50 lugares disponibles cada verano, con una capacidad de llegada de entre 30.000y 35.000 uruguayos. Sin embargo, los espacios cerrados dan la posibilidad de continuar la actividad física durante todo el año: "Tenemos muchas carencias en ese sentido, hay pocos gimnasios en general; ni que hablar a nivel de las piscinas", dijo Irurueta. Prácticamente no hay piscina públicas cerradas funcionando en Montevideo y hay muy pocas en el interior del país. Hay una que se está terminando de techar, en el Complejo Deportivo Ituzaingó, que funcionó casi diez años con una carpa, hasta el temporal de agosto del 2005.

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