miércoles, 11 de mayo de 2011

Madres del siglo XXI, únicas como hace mil años

Publicado en la revista Sala de Espera, en mayo de 2011.

Las madres de hoy en día no son las mismas que las que criaron a nuestras abuelas. Sus múltiples tareas -dentro y fuera de la casa- se agregan a su rol de referente ineludible del hijo, con quien desarrolla una relación única; una relación que no se repite, ni siquiera, con el padre.

Tradicionalmente, la madre aportaba a una familia el equilibrio afectivo y emocional, mientras que el padre aseguraba el bienestar material. Hoy en día, esos roles se mantienen y se suman responsabilidades del lado femenino.
Según el psicoanalista Jorge Bafico, “actualmente, las funciones familiares no son tan rígidas, exclusivas o privativas”. Para explicar uno de los cambios, se refirió al padre ausente. En las guerras mundiales, dijo, se empezaron a ver “padres degradados, arrancados de sus labores y de sus hogares”. Entonces “lo presente será la ausencia”.
Una de las funciones del padre es cortar “la relación simbiótica y sin límites que muchas veces se establece con la madre”, es decir, una función de prohibición. Y cuando ese padre está ausente -ya sea porque se divorció y no vive con su familia, porque se fue, o porque nunca estuvo, como en el caso de las ‘madres solteras?- “no quiere decir que no haya padre, muchas veces los sustitutos funcionan como tal: hermanos, tíos, abuelos, amigos o, eventualmente, hasta la madre podría asumir esa función”.
Desde el psicoanálisis, la madre es la estructurante de la subjetividad. “Desde ese punto, madre hay una sola y marca a ese niño: los hermanos que tienen la misma madre biológica van a tener ‘diferentes? madres, porque la relación con cada uno de los hijos es diferente”, ejemplificó. “Quien ocupe el lugar de madre -en cuanto a vínculo fundante y primario- será la organizadora del mundo interno del niño y garante de su supervivencia”.
Bafico afirma que el ser madre no se define en función de lo biológico. “La madre y la progenitora no necesariamente son lo mismo. En razón de su carácter de pura representación simbólica, la función materna está potencialmente abierta a cualquiera que esté en condiciones de asumirla, más allá que la progenitora sea la candidata privilegiada”. Muchas veces, recuerda el psicoanalista, una hermana mayor o una abuela cumplen la función de madre, en lugar de la progenitora. Por eso, concluye, el rol de la madre no cambia cuando el hijo es adoptado o gestado en otro vientre. Y, en resumen, asegura que la relación madre-hijo es una cuestión cultural.
El primer vínculo que se genera entre la madre -entendida según sus funciones y no según la biología- y el hijo se conoce como “apego”. Se trata de una relación sólida y saludable con la madre biológica o cuidador primario y se asocia con una alta probabilidad de crear relaciones saludables con otros, mientras que un pobre apego parece estar asociado con problemas emocionales y conductuales a lo largo de la vida, según explica el pediatra Eduardo Hernández, terapeuta especializado en la conducta infantil.

Menos hijos, más trabajo No es necesario remontarse a tiempos muy antiguos para observar las diferencias entre las madres del siglo XXI y quienes las precedieron. Hace cien años, sin ir más lejos, las mujeres se ocupaban de la crianza y la educación de los hijos, mientras que los hombres eran los proveedores y protectores de la familia.
Según el último Censo realizado en nuestro país, del año 2008, en promedio, las mujeres tienen dos hijos. En el 1900, en cambio, tenían seis. Es que, claro, las tareas, responsabilidades y derechos de las mujeres cambiaron muchísimo en los últimos 100 años. Hoy en día, la mayoría de las féminas estudian, trabajan y son independientes de sus esposos -si es que los tienen-.
De acuerdo a un estudio hecho en España, 86% de las mujeres afirma que, luego de dar a luz, las actividades referentes al ocio quedan totalmente desplazadas “por falta de tiempo y por el cambio en las horas de sueño”. Esto se da a pesar de que los especialistas coinciden en que las mujeres deben dedicar tiempo a sí mismas y a sus parejas.
En resumen, una madre moderna es -según la psiquiatra Mónica Bruzzone- “una mujer con vida propia, en que la maternidad ha pasado a ser una más de sus múltiples facetas: de ser sólo madre y dueña de casa, ahora también es trabajadora y participante activa de una constante interacción con otros”.

Catalina Vega - Gerenta de Marketing de Cines Hoyts (Twentieth Century Fox)
Personalmente, la maternidad me extrapoló a una nueva dimensión en la que el sacrificio, la responsabilidad y el miedo cobraron una relevancia antes jamás imaginada. Por otra parte, también se abrió la puerta a una forma de enamoramiento y una sensación de plenitud totalmente inesperadas.

Inge Steffen - Directora del Taller Arte y Música Viva
Ni por un minuto podría imaginar mi vida sin haber sido madre. Sin duda, mi hija fue el mejor regalo que me dio la vida. Tiene 17 años y cada día ha sido un nuevo desafío acompañarla en el camino a ser una mujer plena, segura y feliz. La maternidad significa, por un lado, la responsabilidad, la entera disposición, la sorpresa permanente, la puesta de límites, la negociación y, por otro lado, la cristalización de un juego, un deseo y un sueño de mi propia infancia.

Ana Solari - Docente y escritora
Ser madre significa un conjunto de decisiones y acciones vinculadas a la responsabilidad y al amor. Responsabilidad por el hijo, al que hay que educar, formar, convertir en "una persona de bien", de acuerdo a los valores de uno; sin violentar, llegado el caso, la discrepancia de opiniones. Responsabilidad a la hora de equilibrar los límites, la tolerancia, la comprensión de la individualidad del hijo. El hijo no es la prolongación de uno, sino que es un "otro". A ser madre se aprende teniendo un hijo. Una madre acompaña y ayuda en el proceso del crecimiento. Nada de eso es posible, realmente, si no hay un amor infinito detrás de cada acción, de cada palabra. Creo que ser madre es la expresión más acabada y perfecta de ese sentimiento generoso e ilimitado que es el amor por el hijo. No deja de ser un "trabajo" apasionante, creativo, sorprendente, renovador y, también, desafiante.


Fuentes:
Censo de 2008 (INE).
“El apego: el vínculo especial madre e hijo”, en: www.psicologia-online.com/
Informe “Infancia y Maternidad en España”, en: www.parasaber.com/salud
“Los 10 desafíos de la madre moderna”, en: www.todomujer.cl
Agradecimientos:
Psicoanalista Jorge Bafico.

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