Publicado en la diaria, lunes 6 de mayo del 2013.
Cómo hacer
del deporte una actividad habitual para quienes están en silla de ruedas.
Juan Foa
tiene 35 años y una lesión medular, de tipo C5, que lo dejó en silla de ruedas hace
15. Este viernes llegó a Uruguay, manejando bajo lluvia, y el sábado fue a ver
el partido de rugby entre Uruguay y Chile en el Estadio Charrúa. En una
conferencia organizada por la Secretaría de Discapacidad de la Intendencia de
Montevideo, contó su
experiencia como deportista y capitán de quadrugby —la selección
argentina de rugby en silla de ruedas—. En la misma conferencia se anunció que
se están conformando dos equipos deportivos aquí en Uruguay para personas en
sillas de ruedas: uno de rugby y otro de fútbol.
“Me decían que no iba a poder sentarme de nuevo. Pero he
logrado mil cosas porque estuve motivado”, comentó. Cuando tuvo el accidente ya
trabajaba en el banco donde es empleado hasta hoy en día. “Mi primer objetivo
era volver a laburar. Si me quedaba tirado, sin hacer una buena rehabilitación
y esperando una pensión, no iba a volver a ser independiente”. Un año y medio
después de haber perdido casi toda movilidad en sus extremidades y antes que
venciera la licencia médica, Juan Foa volvió a su puesto.
Retomó sus estudios en Economía y, cuando terminó la
carrera, buscó “lo que el cuerpo le pedía”: deporte.
El rugby —mejor dicho, el quadrugby— es el único deporte en equipo para quienes tienen limitaciones
en las cuatro extremidades. “Empezamos como algo chiquito y nos encontramos con
que mucha gente estaba escondida; no es fácil ir ni estar motivado, más cuando hay
que pedir que te lleven, que te esperen, que te traigan…”. El capitán de la
selección argentina de quadrugby insistió en que la clave para salir adelante
es la motivación. “Si vas a un espacio que no te interesa, que no te llama la
atención, que no te provoca felicidad, no vas a seguir yendo. El deporte
claramente es algo que suma. A la larga, te ayuda a ser independiente”. Como
ejemplo, contó que muchos de los jóvenes que llegan a integrarse al equipo de
quadrugby, vienen acompañados de sus padres, quienes los esperan mientras
entrenan. “En poco tiempo, los vemos llegar solos”.
“Al principio éramos diez, luego fuimos quince, en Colombia y
en Brasil estaba pasando lo mismo, y de repente estábamos jugando un torneo. En
2009 fue el Panamericano en Buenos Aires y, de la nada, ¡estábamos
representando la camiseta argentina contra Brasil en una final!”.
Deporte adaptado
La conferencia central, titulada “Los desafíos para el
desarrollo del deporte en el campo de las personas con discapacidad”, estuvo a
cargo del colombiano Stevens Ruiz, quien se dedica al entrenamiento deportivo y
se ha especializado en cómo pueden practicarlo las personas con limitaciones
físicas.
Lo primero que aclaró es que el término correcto es “deporte
adaptado”, que implica que se ajustó la reglamentación y la técnica para que
los discapacitados puedan participar. “Lo que tenemos son distintas categorías
competitivas”, indicó.
La Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de
las personas con limitaciones físicas reconoció que “la discapacidad es un
concepto que evoluciona”. Ruiz resumió que “de una carga para la persona, pasó
a ser una responsabilidad social”. Para cumplir con esa responsabilidad, se
deben eliminar las barreras arquitectónicas y las de actitud —las más
difíciles, en su opinión—. Ejemplificó que se llegaría a la accesibilidad total
si los botones del ascensor tuvieran los números en Braile, por ejemplo.
Preguntó cuántas personas usaban lentes, quiénes los
precisan todo el tiempo, más que nada para ver de lejos. “Si sales a la noche y
te olvidas los anteojos, ¿puedes tomar un ómnibus?”, le preguntó a una joven,
quien contestó: “Paro todos los que vienen”. Ruiz agregó: “Otra forma sería
pedirle a alguien que te diga cuál es el bus que viene. En ese momento, te
conviertes en una persona discapacitada porque requieres de alguien más. ¿Y qué
pasaría si esos lentes que tú usas, que todos usamos, costaran 10.000 dólares?
Es probable que algunos no los pudiéramos adquirir: viviríamos pidiéndole a
alguien que nos ayude a leer qué bus viene. O sea, la diferencia entre estar
fuera o dentro de la franja de la discapacidad depende de si los lentes son
accesibles económicamente”.
Formar equipos
La noticia de la jornada la dio Sonia Díaz Valdez,
licenciada en Terapia Ocupacional. Anunció que están trabajando en el armado de
dos equipos deportivos para personas con discapacidad: uno de rugby para
quienes estén en silla de ruedas y tengan afectadas las cuatro extremidades; y
uno de fútbol para aquellos que usan sillas de ruedas motorizadas —a las que se
les agregará una defensa que es de hierro, que es con lo que se lleva la
pelota—. La invitación es a personas de todas las edades, tanto hombres como
mujeres. Los entrenamientos en Montevideo estarán a cargo del profesor Carlos
de la Fuente, los lunes en el Prado y los sábados en Carrasco. Por más
información se puede escribir a coordinadoruruguay@maximusproject.org.
La terapeuta ocupacional resumió la intención de
estas iniciativas: “Lo que proponemos es que los participantes pasen de
ser espectadores a protagonistas, de acompañantes a deportistas, de hinchas a
jugadores y de la play station a la realidad”.
1 comentario:
Muy interesante. La verdad que proyectos como este son un incentivo muy grande para todos y todas. Vale la pena difundirlo.
Saludos,
@rolandgaston
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